Tras haberse jugado poco más de 60 minutos, la tribuna del Estadio Corregidora fue testigo de una pelea que se desencadenó entre aficionados del Querétaro y seguidores de los Rojinegros del Atlas, misma que provocó la suspensión del partido y ocasionó actos sumamente violentos al interior del inmueble, donde familias corrieron despavoridas en diversas direcciones, en búsqueda de un refugio para resguardarse de los golpes y agresiones.
La estrategia
Durante la problemática, parte del público ingresó al terrero de juego y la trifulca continuó en la cancha, donde a pesar de la situación, hubo personas que intentaron tranquilizar a los agresores. Entre los individuos que trataron de poner orden, destacó la intervención del arquero de Gallos, Washington Aguerre.
La versión del guardameta
El futbolista sostuvo una plática con el medio argentino TyC Sports, donde detalló, que al momento de percatarse del inicio del problema, le pidió al árbitro central que detuviera el encuentro, pero el silbante se negó.
"Le dije al árbitro central que pare el partido porque se estaban matando en la tribuna y en un momento decidió seguirlo jugando", explicó.
Además, aseguro que fue un momento complicado y shockeante por las acciones que vio, durante los instantes que estuvo en medio de los integrantes de ambas barras.
"Todavía no caigo. Fue muy fuerte ver a niños corriendo", señaló.
Finalmente, Aguerre comentó el motivo por el cual, no dudó en involucrarse en la situación que se suscitó el día de ayer.
"Tuve que separar gente para evitar que algunos resulten lastimados", concluyó.