OTRO QUE NO PASÓ DE PROMESA

El ex-futbolista de la Selección Mexicana que terminó en Alcohólicos Anónimos

Existen muchos casos de jugadores que pasan de tenerlo todo, a tenerlo nada, y este es uno de ellos

Escrito en SELECCION MEXICANA el

Es bien sabido que la carrera de futbolista es muy corta, pues por más joven que debute un jugador, es difícil que se mantenga jugando más allá de los 30 años de edad en un nivel óptimo. Esto obliga a los jugadores a madurar rápidamente en cuanto a sus decisiones financieras, buscando evitar problemas a largo plazo y teniendo un patrocinio que les de tranquilidad a futuro. Sin embargo, cuando no se sienta cabeza a tiempo, se puede perder todo, tal y como le sucedió a Juan Pablo García.

El canterano del Atlas se convirtió rápidamente en figura de la Liga MX, especialmente durante su paso por Tigres. Todo esto lo valió para ser convocado por la Selección Mexicana, logrando un papel importante a nivel Sub 23. Sin embargo, en un reciente entrevista para TV Azteca, García reveló que desaprovechó sus ganancias, y a pesar de haber tratado de adquirir vienes inmuebles, terminó por sumirse en el alcoholismo luego de casi perderlo todo.

El futbolista gana mucho dinero, cantidades que no dimensionas hoy, son millones los que ganas, son cinco o seis millones que ganas bien; esos millones se hicieron de agua, se pierden por incapacidades mías, por no saber qué hacer con tanto dinero. Cada que juntaba dinero, compraba un terreno, una casa, tenía unos 30 millones de pesos en casas y terrenos [...] Cuando eres futbolista, no eres agradecido, estás en una burbuja de ego, de vanidad, de pleitesía. Cuando la vida te aterriza y llegas con gente así (albañiles), que son seres humanos, te hacen ver cosas fascinantes. Llegas a entender que son gente bondadosa, muy trabajadora.

¿Cómo perdió Juan Pablo García su patrimonio?

En la misma entrevista, García aclara que fue estafado en Estados Unidos, situación que lo obligó a gastar casi todo lo que tenía con tal de salir de dicho conflicto, por lo que cayó en la necesidad de beber alcohol. Finalmente fue su esposa quien le puso un límite para que dejara de tomar y buscara ayuda. Por ello, hoy acude a pláticas de Alcohólicos Anónimos.

Yo entré en la caída de tomar una botella de tequila diaria, era depresión, tristeza, debilidad, culpa, el por qué a mí, el auto sabotaje, el chantajismo. "Llegó el punto en que mi mujer me dijo: 'si vas a seguir así, ahí estuvo'. Ahí me cayó el veinte y encontré otra sanación, otra herida, y tuve que trabajar en alcohólicos anónimos.