Cargando iframe...
MÁS ALLÁ DE LOS 'INCONDICIONALES'

¿Por qué el Estadio Azteca YA NO PESA cuando juega la Selección Mexicana?

Readaptación de altura, mala conexión con la hinchada Tricolor y confianza nula para los jugadores en cancha, ¿qué más?

Créditos: Fernando de Dios/Getty Images
Créditos: Twitter: @miseleccionmx
Por
Escrito en LIGA MX el

Ante un Coloso de Santa Úrsula histórico, se asumiría la existencia de un ambiente a favor del Tri local en fechas FIFA, o durante cualquier compromiso agendado para que la Selección Mexicana dispute juegos desde casa.

Sin embargo, el historial del Tri en el Estadio Azteca, durante la última década, muestra lo contrario: no hay un peso característico a favor de México cuando disputa compromisos desde su cancha; el último registro que se tiene de una victoria tricolor, por peso generado en inmediaciones mexicanas, data del año 2009 vs Estados Unidos.

Twitter: @miseleccionmx

¿Qué cambió: ¿el Azteca o los aficionados?

Frente a un balompié latinoamericano de mayor grado competente, la emigración de joyas mexicanas al Viejo Continente y la poca ilusión que generan los Seleccionados para la hinchada mexicana; hay una decadencia importante, causada por varias situaciones:

  • La mayoría de convocados ya militan en Europa: lo cual es ventaja, de la mano con su punto negativo; y es que cada regreso a Ciudad de México cuesta en cuanto al cambio de altura.
  • Un Azteca que, difícilmente, cumple con un lleno total
  • Junto a el punto anterior, queda reflejado el poco interés que hay en fanáticos a la 'Sele' para mostrar apoyo, pese a la mala racha que persiste desde hace años. 
  • Arremeter mediante abucheos y chiflidos...dirigidos a jugadores mexicanos y no contra el rival: básicamente, los 'incondicionales' intimidan a la inversa. 
  • Un cambio en cuanto al sentimiento de 'pasión'. Porque, sí, todos en México conocen la cantidad de fallas y derrotas en los últimos años, ¿verdaderamente es necesario remarcarlo aún más, asistiendo con fines de abuchear al compatriota?
  • De parte de los jugadores del Tri, se ubica el mismo dilema, respeto de más para el contrincante, pocas ganas para imponerse, a través de un buen juego.